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UNI advierte que la situación en Brasil es una prueba más de que hay un frente neoliberal que esta arrasando América Latina.
El movimiento sindical global advierte que se desencadenará una ola de avaricia corporativa en Brasil tras la destitución de la presidenta Dilma Rousseff por un Congreso altamente corrupto.
El gabinete, que es totalmente masculino y blanco, encabezado por el poco conocido ex vicepresidente Michel Temer, ya había empezado a elaborar planes de recortes presupuestarios masivos inmediatamente después de tomar las riendas del poder, cuando Dilma fue suspendida a la espera del resultado de las audiencias del juicio político (impeachment) del Senado. Quince de los 24 ministros iniciales del gabinete, incluido el mismo Temer, se enfrentan a acusaciones de corrupción o cargos criminales. Estando en el poder, Dilma se negó a entorpecer las investigaciones en curso por los casos de corrupción, incluyendo las de miembros de su propio partido político.
La Secretaria Regional de UNI Américas, Adriana Rosenzvaig, dijo, "Hoy nuestra preocupación va más allá de la situación que está atravesando Brasil. Estamos preocupados por este nuevo frente neoliberal, que claramente está acaparando nuestra región y está afectando negativamente a las personas más pobres, aumentando el desempleo, la desigualdad, la distribución de ingresos y las libertades constitucionales que garantizan los derechos para realizar manifestaciones, ir a la huelga y tener negociación colectiva".
El Secretario General de UNI Global Union, Philip Jennings, dijo: "La fuerte represión sufrida por aquellos que se oponen a la expulsión de Dilma, y los argumentos utilizados por los gobiernos de Brasil y Argentina para criminalizar la protesta social, son inaceptables e inmorales. Este nivel de represión es evidencia de que quienes lideran esta nueva era del neoliberalismo están dispuestos a recurrir a antiguas medidas para aplastar el legítimo derecho de los trabajadores a protestar. La destitución de Dilma marca el final de una era de crecimiento inclusivo en Brasil".
Alke Boessiger, Jefa de UNI Comercio que está en Sao Paulo para asistir a una reunión regional de la Alianza UNI Carrefour, fue testigo de primera mano de las protestas contra la destitución de Dilma y de la dura reacción de la policía. A través de los medios sociales Boessiger informa, "Las protestas continúan en Sao Paulo por la destitución de la Presidenta Dilma. Casi todos los manifestantes son jóvenes. Están siendo reprimidos por un ejército de policías fuertemente armados, cañones de agua, gases lacrimógenos, balas de goma y helicópteros de la policía".
La Secretaria General de la CSI, Sharan Burrow dijo, "la familia más rica de Brasil usó su dominante imperio mediático Globo para ayudar a desestabilizar el gobierno, y ahora otras corporaciones nacionales y extranjeras están buscando sacar provecho de lo que esperan será un liquidación de activos del Estado a precios ridículamente bajos, una debilitada protección laboral y un gobierno que ya está poniendo los intereses de un negocio global por delante de los puestos de trabajo y medios de vida de sus propios ciudadanos".
Las primeras acciones del gobierno de Temer durante la suspensión de Dilma incluyeron la eliminación de los Ministerios para las mujeres, la igualdad racial y los derechos humanos, y revirtió una ley del año 2014 que garantizaba a trabajadoras/es domésticas/os acceso a la jubilación, garantías salariales e indemnización por despido injusto. Los nuevos recortes a los servicios gubernamentales claves y al gasto social dañaran a los más pobres, y Temer ha indicado que habrá cambios importantes en la legislación laboral y en el sistema de jubilaciones, junto con una enmienda constitucional que dejará al país en una senda de austeridad durante los próximos veinte años.
La agenda del gobierno de Temer se basa en un programa de austeridad y cambios regresivos que afectarán negativamente los derechos básicos. Las grandes centrales sindicales de Brasil, CUT, FS, UGT / CNPL, CSB, CTB y NCST ya se han unido para la defensa de los logros sociales y protección de los trabajadores previstos por la ley.
UNI reitera su posición de defender la democracia y el derecho de las personas a elegir su futuro a través del voto directo. También reiteramos nuestro compromiso con los trabajadores a seguir luchando juntos por la negociación colectiva y la protección de los derechos de los trabajadores que hemos ganado juntos a través de grandes batallas durante la joven historia de las democracias de la región.