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Posición de los Jóvenes Trabajadores sobre la Soberanía de las Islas Malvinas
Hoy se conmemora el Día del Veterano de Guerra y Caídos en Malvinas. La Red Argentina de Jóvenes UNI Américas en conjunto con los jóvenes trabajadores de las Américas expresamos nuestra posición sobre los derechos irrenunciables e imprescriptibles de la República Argentina a las Islas Malvinas dado que son parte del territorio argentino ocupado ilegalmente por Gran Bretaña desde 1833, en virtud de un acto de fuerza, que privó a nuestro país de la posesión del Archipiélago.
Las Islas Malvinas se encuentran en el Océano Atlántico a 550 km de la costa continental argentina, geológicamente es una parte de la Patagonia Argentina, ya que se encuentra unida al continente mediante una meseta submarina.
Los habitantes de las islas no son ciudadanos británicos, ya que no tienen los mismos derechos que éstos; por ejemplo, no pueden migrar a Gran Bretaña, son gobernados por funcionarios designados y tampoco controlan su economía.
La Historia nos indica que en 1816 las islas pertenecientes a España pasaron por derecho de sucesión a pertenecer a las Provincias Unidas del Río de la Plata.
España descubrió las Islas, tratados reconocidos por diversos Estados (Inclusive Inglaterra) reconocían los derechos de España sobre las Islas, quienes en esa época ocupaba el archipiélago.
La cartografía de la época prueba que las Islas Malvinas aparecieron en las cartas españolas en 1527 y en 1529 puntualmente se las denominaba bajo el nombre de Sansón o Los Patos.
En 1592 los ingleses atribuyeron el descubrimiento a Juan Davis, quien ubica a las islas en forma errada. En 1594 Ricardo Hawkins dice ser el descubridor de las Islas Malvinas, pero su descripción no condice ya que éste decía que estaban pobladas. Ambos descubrimientos no fueron incorporados a ninguna cartografía británica.
En 1494 el Tratado de Tordesillas menciona que las Islas pertenecen a los españoles.
El Tratado de Madrid, firmado en 1713, establece que Inglaterra impondría penas a aquellos navíos que pasen sin autorización a cualquier paraje de las indias españolas.
En ese entonces Inglaterra reconoce los derechos de los españoles sobre las Islas.
El francés Luis Antonio Bougainville llegó en 1764 a Malvinas para fundar en la Isla Soledad la pequeña población de Puerto San Luis. Dos años más tarde el inglés John Byron se estableció en el puerto que denominó Egmont.
Enterados de esta usurpación los españoles les reclamaron sus derechos a Francia basándose en el Pacto de la Familia firmado entre Francia y España. Los franceses abandonaron las islas.
Para evitar una guerra, en 1771 España firma la declaración de Masserano en la cual se comprometió a devolver Puerto Egmont a Inglaterra dejando constancia de su soberanía.
Hasta 1811 España tenía posesión de todas las islas y ejercía una indiscutible soberanía sobre las mismas.
En 1790 se firmó el Convenio San Lorenzo por el cual se abre el Pacífico a la navegación inglesa, y en el artículo 6 se estableció que no se podría formar ningún asentamiento en las costas Occidentales como Orientales de América ni en las islas adyacentes ya ocupadas por España
En Puerto Soledad había una población española, para ese entonces Inglaterra carecía de cualquier derecho para fundar allí cualquier establecimiento.
La Red Argentina de Jóvenes UNI Américas en conjunto con los jóvenes trabajadores de las Américas expresamos nuestra posición sobre los derechos irrenunciables e imprescriptibles de la República Argentina a las Islas Malvinas dado que son parte del territorio argentino ocupado ilegalmente por Gran Bretaña desde 1833, en virtud de un acto de fuerza, que privó a nuestro país de la posesión del Archipiélago. Como consecuencia de ello, Gran Bretaña impuso allí el régimen de colonias.
Las Islas Malvinas pertenecían a la República Argentina en 1833 y estaban gobernadas por autoridades argentinas y ocupadas por pobladores argentinos. Estas autoridades y pobladores fueron desalojados por la violencia, no permitiéndose su permanencia en el territorio.
Por el contrario, fueron suplantados, durante estos 180 años de usurpación, por una administración colonial y una población de origen británico.
La población asciende hoy en día a 2.955 habitantes, que se renueva en significativa proporción periódicamente, con un éxodo constante. Esto demuestra que se trata de una población predominantemente temporaria, que no puede ser utilizada por la potencia colonial para pretender aplicar el principio de libre determinación
Desde entonces, 1833, la República Argentina ha reclamado a Gran Bretaña la reparación debida por el agravio inferido. En estos 180 años no ha consentido, ni consentirá jamás, la separación de parte del territorio nacional, por medio de un acto ilícito e inaceptable.
La X Conferencia Interamericana, reunida en Caracas en 1954, aprobó la Resolución 96 sobre Colonias y Territorios ocupados en América, que declara “que es voluntad de los pueblos de América que sea eliminado definitivamente el coloniaje mantenido contra el sentir de los pueblos e igualmente la ocupación de territorios”. Proclamó además “la solidaridad de las Repúblicas Americanas con las justas reclamaciones de los pueblos de América en relación con los territorios ocupados por países extracontinentales” y repudió, por último, “el uso de la fuerza para mantener los sistemas coloniales y la ocupación de territorios en América”.
Otro antecedente a considerar fue “La Carta del Atlántico”, celebrada en agosto de 1941 entre el presidente Roosevelt y el primer ministro británico Winston Churchill en donde realizaron una conferencia para establecer la conducta de sus respectivos países después de la guerra. La reunión de ambos estadistas se celebró en pleno océano Atlántico, a bordo del acorazado Missouri.
Los países vencedores no perseguirían aumentos de territorio, ni permitirían cambios territoriales que no fueran sancionados por el libre consentimiento de los pueblos interesados; respetarían las formas de gobierno libremente elegidas por los ciudadanos; permitirían a todos los países, grandes o pequeños, vencedores o vencidos, libre acceso a las materias primas y a los mercados necesarios para asegurar su prosperidad; tratarían de lograr la colaboración de todas las naciones para mantener la paz, elevar el nivel de vida colectivo, asegurar la libertad de cualquier individuo para viajar libremente y propugnar el abandono del uso de la fuerza para arreglar litigios internacionales, para lo cual es esencial el desarme de las naciones.
Esta Carta del Atlántico fue posteriormente incorporada a la Declaración de las Naciones Unidas aprobada el 1 de enero de 1942.
Este documento no era un tratado entre las dos potencias. Tampoco constituía una definición definitiva y oficial de los fines de la paz. Como el mismo documento lo expresa, era una afirmación de “ciertos principios comunes en la política nacional de nuestros países respectivos, en los cuales radican las esperanzas de un mejor porvenir para la humanidad”.
La soberanía de las islas no depende de quienes las habitan, sino de su pertenencia jurídica e histórica originaria. Y en este sentido, la resolución 2065 de las Naciones Unidas es todavía clave, porque constituye una decisión de la Asamblea General de esa organización, que el 16 de diciembre de 1965 votó, por 94 votos a favor, ninguno en contra y 14 abstenciones, el reconocimiento de la existencia de una disputa entre los gobiernos de la Argentina y del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte sobre la soberanía de las islas.
Las Naciones Unidas jamás reconoció el Derecho a la autodeterminación en las Islas Malvinas ya que justamente no es una población nativa sino que es una civilización trasplantada de Gran Bretaña.
La Constitución Argentina garantiza que los que habitan las Islas serán respetados en su forma de vida.
Condenamos la rémora colonial que el Reino Unido pretenda tener la soberanía en donde no les corresponde ni por la geografía, ni por la historia ni por los derechos, para lo cual están violando el derecho internacional.
Es necesario de que el Reino Unido entienda que hay que respetar y dar cumplimiento a las resoluciones. El manejo por cada uno de los países del derecho de tener y hacer ejercer el dominio del usufructo de los recursos naturales renovables y no renovables.
El tema que centra la atención es el de las reservas de petróleo en las cuencas submarinas que rodean la región: los cálculos estiman que existen 1.300 millones de barriles de crudoi cuyas regalías ascenderían a 167.000 millones de dólares en un lapso de 15 años.
La industria pesquera y la pesca han sido cruciales en el desarrollo actual de las Islasii. Hasta la actualidad esta industria ha sido y seguirá siendo la principal fuente de ingresos de los isleños con ingresos aproximados a los 200 millones de euros al año, hasta que no termine de desarrollarse la extracción de petróleo
Todos los recursos naturales están en peligro si permitimos que una potencia colonial realice la explotación que hace Gran Bretaña en un lugar que las Naciones Unidas dictaminó que por tratarse de una zona en conflicto no pueden ocurrir alteraciones a la situación previa al conflicto colonial. La explotación de los recursos naturales es una violación a los mandatos de las Naciones Unidas, dado que éstos son un recurso para el progreso de nuestros pueblos.
Esta explotación también pone en peligro el medio ambiente debido a las alteraciones que producen las mismas, teniendo por ejemplo perder parte del territorio por las consecuencias que origina el cambio climático con las consecuentes pérdidas de las fuentes de trabajo.
Es de vital importancia que los ciudadanos del mundo comprendan la verdadera magnitud del conflicto y de los recursos que están en juego. Se trata de la disputa territorial más grande del planeta.
Los recursos naturales son de relevancia estratégica y geopolítica para las futuras generaciones de argentinos y latinoamericanos y en su recuperación están las posibilidades reales del mejoramiento de la calidad de vida de generaciones enteras y de nuestro futuro como Nación, siendo las ganancias de estos recursos una verdadera herramienta para eliminar la pobreza y la desigualad.
Malvinas no es solo una porción de territorio, los recursos naturales hoy explotados por Inglaterra son parte central del reclamo argentino de soberanía.
Los Jóvenes trabajadores de UNI Américas rechazamos cualquier tipo de violencia y defendemos la paz en el mundo y la soberanía nacional y de América del Sur porque los habitantes de Argentina y de la región necesitamos de los recursos naturales de nuestras queridas Islas Malvinas para poder tener una vida digna y de calidad con libre acceso a la Salud, Educación y que genere Trabajo Decente con Justicia Social.
Pedimos a todos los compañeros y compañeros su adhesión en este pedido de respetar el derecho internacional y defender la soberanía y los recursos naturales de nuestros pueblos y naciones.