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Declarción: Reivindicaciones de UNI-Europa Finanzas en materia de...
Los mercados financieros nacionales e internacionales juegan un papel clave en el funcionamiento de la economía y de la sociedad. Cualquier disfunción en estos mercados provoca un efecto inmediato en las demás áreas de las economías nacionales e incluso puede ocasionar crisis económicas o el colapso de economías nacionales
En los años 1990 se desregularon los mercados financieros a través del mundo, lo que originó mercados financieros globales, La desregulación ha aportado mayor inestabilidad a los mercados financieros. Podemos citar los ejemplos de la crisis asiática en 1997, la quiebra del fondo de alto riesgo LTCM en 1998, la crisis argentina en 2001 y la crisis bursátil en 2001.
La crisis mundial actual en los mercados financieros ha dejado claro que están fuera de control. Hace apenas unos años hubiese sido imposible imaginar que una crisis en un sector de la economía de un país, como la crisis crediticia en Estados Unidos, perjudicaría rápidamente a la economía global.
La globalización de un sistema financiero basado en los intereses a corto plazo de los inversores pone en peligro incluso a mercados financieros hasta ahora estables. La concentración creciente de la política empresarial sobre los precios de las acciones y sus beneficios, a exclusión de todo lo demás, ha tenido consecuencias evidentes y negativas para los empleados, los clientes y la sociedad en general.
Además de la desregulación, se introdujeron nuevos sistemas de remuneración en el sector financiero. El resultado no fue solamente el aumento impresionante de los salarios de los ejecutivos. En base al hecho de que estos sistemas se orientaban considerablemente hacia el éxito a corto plazo, también contribuyeron a decisiones empresariales equivocadas.
Tenemos que cambiar totalmente la dirección tomada por el sector financiero para evitar deteriorar el bienestar y el futuro de la gente en numerosos sectores de la sociedad, de manera que las economías nacionales puedan seguir prosperando.
Esto exige nueva reglamentación a niveles nacional e internacional para asegurar que se distingan a tiempo problemas en sectores individuales y que se mantengan bajo control sus consecuencias negativas.
Por consiguiente, UNI-Europa Finanzas solicita que se tomen las medidas siguientes para una regulación más efectiva de los mercados financieros:
1. Aumentar la transparencia
En los balances generales deben figurar todos los riesgos tomados por una empresa de servicios financieros. Esto incluye pasivos contingentes. Además, ya no deberá ser posible hacer negocios vía otras empresas, por ejemplo vía sociedades interpuestas, si no figuran en el balance general.
Es importante que todos los actores del mercado financiero estén sujetos a las mismas obligaciones y controles. Los fondos de alto riesgo, los fondos soberanos y las empresas de fondos de capital-inversión deben estar sujetos a las mismas normas de transparencia que los bancos y las compañías de seguros.
2. El sector financiero debe estar sujeto a normas estatutarias
Mientras que en Europa todo pequeño banco regional o toda compañía de seguros están sometidos a una supervisión estricta, esto no se aplica, por ejemplo, a los fondos de alto riesgo, a los fondos soberanos ni a los fondos de pensión. Esto tiene que cambiar. Se necesita un sistema de regulación único para todos los actores de los mercados financieros.
Deben hacerse ilegales las transacciones entre empresas europeas y compañías con centros financieros off-shore, que no están sujetos a controles comparables a los de Europa.
3. Supervisión del sector financiero.
Las autoridades de supervisión en diferentes países deben mejorar su colaboración internacional. Al mismo tiempo no deben desatender sus responsabilidades nacionales, como en el caso de la Société Générale. Dentro de la Unión Europea, debemos asegurar que todas las compañías están sometidas a supervisión siguiendo los mismos criterios, dondequiera que tengan su sede. Deben actualizarse regularmente las normas de supervisión internacionales para mantenerse al nivel de las nuevas exigencias y con la capacidad innovadora del sector.
4. Reglas sobre la adecuación de capital
Todos los préstamos y créditos aprovisionados deben ser apoyados con su correspondiente capital. La base para esto son las normas de Solvencia II y de Basilea II. Estas normas deben ser objeto de revisión. Los altos riesgos deben ser apoyados por una proporción de la adecuación de capital más alta.
5. Fondos de pensión y seguros de vida
Los fondos de pensión y las compañías de seguros de vida han pasado a ser una parte importante de la provisión de pensiones de la gente. La regulación de las inversiones financieras para estas empresas debe prohibir las inversiones de alto riesgo, v.g. en fondos de alto riesgo o los fondos de capital-inversión.
6. Deducciones Fiscales para sociedades de capital-inversión
Deben cesar los beneficios fiscales otorgados al sector de fondos de capital-inversión y de fondos de alto riesgo. En Alemania, por ejemplo, los gestores de fondos de capital-inversión tienen una exención parcial de sus impuestos sobre la renta. Esta promoción fiscal de los fondos de capital-inversión, justificada por una presunta escasez de capital, es contraproducente. Los fondos de capital-inversión deben estar sujetos a la misma regulación fiscal que los demás actores en el sector financiero.
7. Sistemas salariales para los ejecutivos.
Deben revisarse los programas de incentivos y las políticas salariales aplicados a los ejecutivos y a los agentes financieros. Los salarios deben mantenerse a niveles razonables y deben estar debidamente vinculados con los ingresos y resultados de las empresas. Actualmente, los clientes y los trabajadores padecen de las consecuencias de la mala gestión y de los salarios excesivos del personal altamente remunerados. Nunca debe ignorarse el riesgo sencillamente porque los niveles salariales permanecen iguales independientemente de si se tiene éxito o no.
8. Adquisiciones apalancadas (compra con financiación ajena)
Deben prohibirse los préstamos a compañías que van a ser adquiridas a fines de financiar el precio de la adquisición. Al haber utilizado este método estos últimos años, algunos fondos de alto riesgo han llevado a la ruina a empresas prósperas y, al hacer así, han obtenido enormes beneficios para si mismos.
9. Agencias de calificación crediticia
Debe ponerse término al oligopolio mundial actual de estas agencias. Estas agencias no deberían trabajar en el desarrollo de productos financieros y, subsiguientemente, emitir una evaluación de capacidad crediticia para estos mismos productos. Este tipo de conflicto de intereses es perjudicial.
Necesitamos agencias de calificación crediticia independientes que no lleven a cabo (no puedan llevar a cabo) una evaluación sobre la base del interés económico. En Europa debería establecerse por lo menos una agencia de calificación crediticia.
10. Paraísos Fiscales
Deben ponerse fuera los paraísos fiscales. Esto requiere acuerdo a nivel internacional y legislación fiscal nacional que asegure que las transacciones realizadas con paraísos fiscales sean gravadas de acuerdo con la regulación nacional si no se para un nivel mínimo de impuestos en el extranjero.
11. Adquisiciones de empresas, externalización, deslocalización
Antes de la venta o de la adquisición de compañías o de partes importantes de compañías, debe informarse a los empleados afectados o a sus representantes y discutirse con los representantes de los empleados las consecuencias de las decisiones planeadas. Si no tienen lugar consultas, debe expresarse por ley, v.g, vía una Directiva de la Unión Europea, que la adquisición de la empresa no puede ir adelante.
12. Protección del cliente
Los servicios financieros son un intermediario indispensable para el funcionamiento de la sociedad. La base fundamental para esto es la confianza de los clientes en las instituciones financieras. Por consiguiente, es necesario un alto nivel de protección del cliente a niveles nacional e internacional. Normas estatutarias deben garantizar que toda institución financiera proporcione a sus clientes asesoramiento cualificado y correcto basado en sus intereses.
13. Los trabajadores en el centro.
Son los empleados del sector de la finanza los que permiten el funcionamiento del sector. Los reguladores y las empresas deben asegurar que las condiciones de trabajo y los incentivos salariales fomenten y no obstaculicen los objetivos normativos y un excelente servicio a la clientela. Los elementos esenciales para esto son programas de formación y de formación permanente que proporcionen las capacidades necesarias a los empleados.