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La otra cara de la moneda en la industria del juego de azar en Panamá
Aún cuando las cifras que arroja la industria del juego de azar en Panamá son deslumbrantes, por los montos y el rápido crecimiento de éstos, las condiciones en las cuales los trabajadores y trabajadoras desempeñan sus labores, particularmente en los casinos y salas de juego, no las acompañan. El stress laboral es un elemento que esta en el centro de la actividad de juegos, puesto que la propia dinámica del ganar-perder-ganar-perder, al cual están expuestos los clientes de los establecimientos, por lo general coloca a los trabajadores en una posición de alta vulnerabilidad, por cuanto se suele pensar que son ellos los que en buena medida establecen el curso de ese acontecer, es decir, existe la tendencia a pensar que son los trabajadores en las mesas quienes determinan cuándo se gana y cuándo se pierde. En ese sentido son frecuentes las agresiones hacia los dealers (talladores, crupieres) cuyas habilidades y destrezas en el desempeño de su trabajo los hace acreedores a insultos y amenazas, que terminan efectivamente en ataques físicos. Desde luego que todo aquello se da en un entorno en el cual existe un considerable nivel de consumo de bebidas alcohólicas por parte de quienes concurren a los casinos y salas de juego. Esto aumenta aun más las posibilidades de que los(as) trabajadores(as) sufran agresiones, de todo tipo.
Al importante nivel de stress al cual están sometidos los trabajadores de juegos de azar, por la enorme y permanente presión que sobre ellos pone “la casa”, también contribuye, sin duda, el ruido excesivo y constante que domina las salas de juego y los casinos. La exposición a altos decibeles, por largos períodos, como en efecto ocurre con los empleados, provoca problemas auditivos y de las cuerdas vocales, que a largo plazo se convierten en enfermedades laborales que no son reconocidos como tales por las empresas.
A lo anterior hay que agregar que si existe una industria en la cual las jornadas de trabajo tienden a ser prolongadas es el juego de azar. La dinámica perder-ganar-perder-ganar, implícita en la explotación de la actividad, suele darse en largas faenas (las salas de juegos y casinos están diseñados para ello; siempre es de noche) que conllevan agotadoras horas extraordinarias de trabajo que, además, no siempre son remuneradas como tales.
Por otro lado, los despidos sin causa justificada son cosa común en la industria del juego de azar en Panamá. Tanto es así, que representantes de una de las empresas más grandes en el país admitió, públicamente, a través de los medios de comunicación, en fecha reciente, que los despidos son normales aún cuando no haya dificultades financieras. “Hay una constante renovación de personal en la empresa... Es cierto que hay despidos”, señalan.
Efectivamente, en el negocio del juego se da una alta rotación del personal, es decir, se contrata y se despiden trabajadores constantemente. Existen informes que revelan que ese fenómeno castiga con especial severidad a los trabajadores de seguridad y mantenimiento de las instalaciones en quienes, además, recaen los peores tratos en la relación laboral.
Otro segmento de trabajadores de las empresas dedicadas a la explotación de los juegos de azar que sufren las peores prácticas en las relaciones de trabajo son las mujeres. Muchas son objeto de acoso sexual de parte de supervisores y gerentes quienes condicionan la contratación o la permanencia en el empleo al sometimiento a sus apetencias machistas. A esa situación de hostigamiento sexual, del cual también participa la clientela masculina, contribuye, a no dudarlo, el “uniforme de trabajo” que se ven obligadas a portar las mujeres durante la jornada laboral. El ambiente de trabajo para las mujeres, especialmente en casinos y salas de juego, generalmente se convierte en un “tinglado” en el cual ellas se ven obligadas a combatir, día a día, esquivando las agresiones a su condición de género, batalla que se convierte en una carga adicional a las exigentes labores profesionales que deben desempeñar para ganarse el sustento.
La ludopatía: Una enfermedad común en la industria del juego de azar
Se sabe que la industria del juego genera entre los jugadores una enfermedad, la ludopatía, que consiste en una alteración progresiva del comportamiento por la que un individuo siente una incontrolable necesidad de jugar (juegos de azar), menospreciando cualquier consecuencia negativa. Se trata de una adicción.
El juego compulsivo es una enfermedad que se caracteriza por el impulso incontrolable por jugar. Se puede decir que alguien es un jugador compulsivo cuando éste juega no sólo ya por el hecho de ganar, sino por el mismo placer de jugar y no es capaz de parar, ocasionando así problemas tanto emocionales, como familiares, legales, financieros, etc. Esta adicción suele estar acompañada de otras como el alcohol y las drogas. Es una enfermedad que, en resumidas cuentas, destruye tanto al jugador como a las personas que lo rodean. Además, el jugador patológico disminuye sus interacciones sociales con personas no relacionadas con el juego; es decir, sólo socializa con amigos en bares, casinos, etc. La ludopatía es una enfermedad que no solo puede afectar a los jugadores sino también a los trabajadores y trabajadoras de juegos de azar. No son pocos los trabajadores y trabajadoras de la industria del juego de azar que padecen la enfermedad. Para éstos últimos, la ludopatía es un riesgo profesional que las empresas no atienden y el Estado menos reconoce, en el sistema de protección social.
El derecho de los(as) trabajadores(as) de casinos a organizarse
Los enunciados arriba son apenas algunas de muchas situaciones que componen la otra cara de la moneda de la pujante industria del juego de azar en Panamá, las cuales, fundamentalmente, son adversas a los trabajadores y deben ser abordados en forma colectiva por ellos. Para ese propósito no hay instrumento más idóneo y efectivo que el Sindicato. Organizarse es un derecho y un deber irrenunciable del trabajador y la trabajadora. Cuando se constituye una organización sindical se fortalece el respeto hacia los trabajadores. El sindicato es el protector natural de los trabajadores. La misión del sindicato es defender los derechos de los trabajadores y las trabajadoras. Que los trabajadores se organicen en sindicatos es un derecho humano universal, ratificado por la mayoría de los países del mundo, a través de la firma de los Convenios 87 y 98 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El sindicato facilita el diálogo y la representación de los trabajadores(as) ante la administración de la empresa, por cuanto es el vehículo que canaliza las inquietudes y necesidades del grupo humano que labora en ella.
Sin temor a equívocos, los trabajadores progresan cuando se organizan, la organización avanza cuando se hace fuerte con el apoyo y la asesoría tanto nacional como internacional. Está claro que los trabajadores y trabajadoras panameños, de casinos y salas de juego, tienen razones de sobra para organizarse. En ese sentido UNI Américas Sindicato Global se encuentra en plena disposición de ayudar en esa tarea y contribuir al proceso de mejoramiento de las condiciones de trabajo en la industria del juego de azar en Panamá.
Para más información tomar contacto con: alberto.barrow@uniglobalunion.org