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Entrevista con Denise Britton
Entrevista con Denise Britton, primer vice-presidente del Comité Regional de las Mujeres de UNI Américas en el marco de la Conferencia Regional de UNI Américas en Montevideo
Por Sadia Kaenzig, desde Montevideo
Denise, de Trinidad y Tobago, ha participado en el movimiento laboral de su país durante los últimos 20 años, en la Unión de trabajadores del sector Bancario y Seguros. En los últimos 4 años, ha dedicado su tiempo para las luchas regionales y mundiales de UNI Américas. Ella es asesora financiera certificada. El mes que viene, tendrá 52 años de edad, es madre de una hija y Denise se casó recientemente.
Actualmente Denise participa activamente en la 3 ª Conferencia Regional de UNI Américas, donde pronunció un discurso de gran alcance en la ceremonia de inauguración. Ella nos da su opinión sobre lo que se ha logrado por las Mujeres de UNI Américas en los últimos cuatro años y los objetivos que se planearon para los próximos cuatro años.
Sadia Kaenzig (SK): ¿Cuáles son las actividades realizadas por las Mujeres de UNI para mejorar la vida de las trabajadoras en las Américas?
Denise Britton (DB) - Es justo decir que hemos sido coherentes en nuestro llamamiento a que todas las mujeres tengan el derecho a un trabajo decente, y que cada mujer que trabaja, tenga el derecho de afiliarse a un sindicato y a ser representada a través del movimiento obrero. Por un lado, hay una revolución que estamos notando en la vida de las mujeres, en las familias y en el lugar de trabajo. Por otro lado, nuestras economías son cada vez más dependientes tanto de las mujeres como de los hombres que trabajan. Sin embargo, hay un panorama sombrío como la desigualdad y la injusticia, que son las características que vemos en toda la región. Por ejemplo, la desigualdad salarial por el mismo trabajo en comparación con los hombres. No hay duda de que las mujeres contribuyen en mayor proporción al PBI de muchos países, pero llevan también sobre si mismas, el peso de ser las cuidadoras primarias de sus hijos. No debemos ser tratadas como ciudadanas de segunda clase en nuestras casas, en el trabajo o en nuestros sindicatos. Hacemos un llamado a los empresarios y sindicatos para que ambos, mujeres y hombres, podamos adaptar el trabajo en torno a nuestras responsabilidades familiares y no al revés. Sólo somos las mujeres las que reclamamos tener mayor flexibilidad en el trabajo en pos del cuidado de nuestras familias e hijos. Nosotras queremos introducir el tema en la agenda política, por eso hacemos campaña para llevar a más mujeres a los sindicatos, en los partidos políticos y a que se alcance mayor cantidad de mujeres en los altos puestos profesionales y lugares de dirección en el lugar de trabajo y en los sindicatos mismos, para allanar el camino para un cambio verdadero.
Hoy estamos orgullosas de decir que estamos logrando más derechos en cuanto al cuidado de los niños, más derechos para las que trabajan a tiempo parcial y solicitan un trabajo flexible, mas derecho a licencias por maternidad y nuevas leyes sobre la violencia doméstica que se están adoptando cada vez en mas países. Sabemos perfectamente que aún nos queda un largo camino por recorrer y debemos trabajar juntas para seguir avanzando.
SK - ¿Cuáles son los retos actuales y los obstáculos que se están enfrentando?
DB - Bueno, todavía tenemos el viejo problema de machismo que está muy arraigado en nuestra sociedad. Pero hay problemas nuevos también. Por un lado, muchas mujeres tienen dificultades para delegar el cuidado de sus niños en personas responsables sumado a la dificultad que resulta del poder pagar una guardería. En segundo lugar, la flexibilidad en el trabajo sigue siendo un problema real. Las trabajadores y trabajadores con hijos, deben tener derecho a solicitar un trabajo flexible. Y en tercer lugar, la explotación de las trabajadoras temporales que son mal remuneradas y que se encuentran en situaciones precarias de trabajo.
Tenemos que trabajar con las autoridades y las empresas para encontrar soluciones y tomar medidas enérgicas contra los empleadores sin escrúpulos. Creemos que el sello de una economía fuerte es aquel que no está afectado por la discriminación, sino que puede basarse en las capacidades de todo su pueblo.
SK - ¿Y cómo va a ser capaz de superar estos desafíos?
DB - Nuestro enfoque como sindicalistas en UNI es la búsqueda de los convenios colectivos en las empresas multinacionales que integran a la igualdad, como parte importante de estos acuerdos. Hemos establecido las prioridades para la región. La primera es hacer frente a la violencia contra las mujeres. No hay nada excusable sobre la violencia contra las mujeres en cualquier lugar o en cualquier momento. Nada. He visto muchas culturas, incluida la mía, que intentan justificar esto, pero simplemente no se sostiene bajo ningún concepto. Esto hay que decirlo tajantemente porque se trata de un desafío en todos los países de la región, y desde luego en el mío propio. Estamos comprometiéndonos no sólo las mujeres, los hombres también, con nuestro objetivo del comité regional de mujeres de apoyar a los sindicatos para continuar con el trabajo que se están haciendo; fortaleciendo las alianzas y centrándose en las prioridades que se han identificado.
La segunda prioridad es el desarrollo sustentable y las mujeres en las Américas. Como usted sabe, las mujeres se ven especialmente afectadas por la degradación ambiental. Debemos tratar de integrar la opinión de las mujeres y sus soluciones en la planificación de proyectos de desarrollo. La inversión en formación y los incentivos, siguen siendo importantes para aumentar su participación efectiva. Y, por último, nuestra tercera prioridad es lograr que las mujeres se organicen en sindicatos. Tan vital como nuestro trabajo de campaña para organizar a más mujeres en sindicatos, es la de una movilización sindical eficaz en la lucha contra la austeridad. Tenemos que reclutar mas trabajadoras en sindicatos, animándolas a militar, a participar de las negociaciones colectivas, para el refortalecimiento de nuestra fuerza colectiva: eso es lo que tenemos que hacer ahora.
SK: Muy impresionante. ¿Tiene un mensaje final que le gustaría transmitir a nuestra audiencia global de dónde estamos en Montevideo?
DB – En estos momentos en que las mujeres se han visto muy afectadas por los recortes económicos y siendo ellas, en su mayoría, victimas de perdidas de trabajos a causa de la reducción de los servicios públicos. Ellas son a menudo, las peor pagadas por su trabajo en el sector privado -suponiendo que tuvieron la suerte de encontrar un trabajo allí. Sin lugar a duda, la organización de las mujeres en los sindicatos, es la mejor herramienta contra estas injusticias. Para llevar a las mujeres a movilizarse y organizarse hay que centrarse en los temas que a ellas más les aquejan. Así que vamos a hablar en favor de la igualdad de remuneración, del cuidado de los hijos y del trabajo decente. Vamos a demostrar nuestro compromiso para la erradicación de la violencia contra las mujeres. Vamos a peticionar a nuestros gobiernos la firma del Convenio de la OIT, para la erradicación de la violencia contra la mujer. Nuestra llamada a la acción es fácil de resumir; “todas las mujeres de cada lugar de trabajo: fuertes y juntas”.