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Precaria situación laboral en Honduras
Pobreza y Desigualdad, el diario vivir
El porcentaje de la población en condiciones de pobreza es de 67.6%, lo que se traduce en 5.493.390 de hondureños son pobres , situación más preocupante en la zona rural donde el 70% de la población está en condición de pobreza. En el caso de la pobreza extrema o indigencia, 3.810.354 de hondureños se encuentran en esta condición, esto es el 46.9% del total de la población.
De 1.718.338 hogares hondureños a nivel nacional, el 61.9% se encuentra pobre, esto es, 1.064.165 hogares. En el área urbana el número de hogares pobres alcanza el 58.5%, agravándose en el área rural donde los hogares pobres representaron el 65.2%, es decir hogares que viven apenas con menos de dos dólares diarios y que no pueden asegurar la canasta básica de alimentos.
Para la CEPAL Comisión Económica para América Latina y el Caribe Honduras tiene los niveles más altos de pobreza de América Central.
Honduras es un país bastante desigual, el 10% más pobre de la población recibe sólo el 0.6% del ingreso nacional, mientras que el decil más rico acapara el 43.4% del mismo. El coeficiente de Gini es de alrededor el 0.58, de los más altos de América Latina según el Banco Centroamericano de Integración Económica.
Mundo Laboral: Empleo decente sigue en deuda
Oportunidades de Empleo: Precarización Laboral
Para el 2011 la población total de Honduras alcanza los 8.200.795, de los cuales 3.369.919 hacen parte de la población económicamente activa. El problema de Honduras es el número de personas ocupadas que se encuentran en situación de subempleo visible e invisible y las personas en desempleo oculto (que está compuesto por los potencialmente activos y los desalentados).
Así se tiene un mercado laboral con 1.854.033 personas con problemas de empleo, de las cuales, a parte de los 143.783 desocupados, 333.969 trabajadores están en condición de subempleo visible, 1.170.975 ocupados en situación de subempleo invisible, además de las personas que se encuentran en desempleo oculto, es decir aquellas potencialmente activas, 44.130 y las desalentadas, 161.176.
El subempleo invisible, es un tema de especial atención, pues agrupa a los trabajadores que habiendo trabajado 36 horas semanales o más, tuvieron ingresos mensuales inferiores al salario mínimo promedio mensual por rama de actividad económica y área geográfica, éstos representan el 36.3% del total de ocupados en el país y el 63.2% de las personas que se encuentran con problemas de empleo.
Una economía informal
El 54.3% de la población ocupada se agrupa en dos categorías ocupacionales, en ausencia de condiciones de trabajo decentes, el 40.3% que corresponde a los cuenta propia y el 14% que representa a los trabajadores familiares sin remuneración. Estos trabajadores no cuentan con las condiciones mínimas que debe garantizar un trabajo, pues reciben ingresos precarios, no tienen acceso a la seguridad social, a prestaciones sociales, a vacaciones pagas y muchos otros derechos laborales. El 45.7% restante hace parte del grupo de los denominados asalariados, que a su vez se divide en los asalariados del sector público, los del sector privado y los trabajadores domésticos.
Mano de obra poco educada y Mal remunerada
Una de las principales características de la población ocupada de Honduras es su baja educación, pues se tiene que más de la mitad de la población tiene como nivel educativo la primaria, 53.1%, seguido en un 25.9% que cuenta con un nivel de secundaria y un marginal 8.6% cuenta con un nivel de educación superior. Es dramático que el 12% de la población ocupada no cuenta con ningún nivel educativo.
El común denominador: Ingresos Precarios
Para 2011 el ingreso mensual promedio nacional es de 5.315 lempiras, alrededor de 273 dólares. Cuando se observan los ingresos por zona, se evidencia una enorme brecha entre la zona urbana y la zona rural, pues se tiene que en el área urbana el ingreso promedio es de 7.394 lempiras (US 379) mientras que en el área rural el ingreso llega a 3.724 lempiras (US 191), es decir, en esta área los ingresos son el 50.3% de los ingresos recibidos en el área urbana.
Sectores claves en la concentración de la mano de obra tienen ingresos bajos, es el caso de la agricultura en donde el ingreso promedio es de 3.914 lempiras (US 201) y la industria manufacturera con un ingreso de 4.857 lempiras (US 249).
Salud y Seguridad Social en la cuerda floja
Protección social de los trabajadores y trabajadoras, acceder todo un privilegio
Al mirar la cobertura de cada uno de los servicios la situación es devastadora, pues la cobertura es mínima. Se encuentra por ejemplo, que en el caso de la cobertura en IVM sobre los asalariados, ésta es de 34.55% dejando al 65.45% de trabajadores desprotegidos de este sistema, si se mira la cobertura en EM, la situación es similar, con una cobertura de 42.46%, olvidando al 57.54% de los trabajadores que no tienen la oportunidad de contar con garantías mínimas como la seguridad social.
Si se toma en cuenta el número de adultos mayores a nivel nacional y los casos de pensión por viudez y vejez, se tiene que de 713.894 adultos mayores de 60 años a nivel nacional, tan sólo el 3% de éstos tienen asegurados sus ingresos a través de una pensión.
Incremento de la Accidentabilidad Laboral
Para 2011 el número de accidentes de trabajo ocurridos es de 3.349 accidentes, incrementándose en 16.2% con respecto al año anterior cuando fueron de 2.969. Por ramas de actividad, el 32,9% de los accidentes ocurrieron en la Industria manufacturera, seguidos en un 30,3% en el Comercio, 12.9% en los servicios y 10.8% en los establecimientos financieros.
Condiciones y oportunidades laborales para las mujeres todo un desafío
En cuanto a la ocupación, las mujeres ocupadas son 1.113.790, de las cuales 660.936 (59.3%) se encuentran en el área urbana y 452.855 (40.7%) en el área rural. Las mujeres se ocupan en un 41.8% como cuenta propia, 13% como trabajadoras familiares sin remuneración y 45.2% como asalariadas. Se tiene entonces que el 54.8% de las trabajadoras ocupadas está en categorías ocupacionales de informalidad.
Las diferencias salariales por sexo también se evidencian, los ingresos de los hombres son mayores que los de las mujeres, presentándose grandes diferencias en las ramas de Servicios comunales, sociales y personales, Industria manufacturera y Comercio, hoteles y restaurantes, ramas que agrupan al 85.4% de las trabajadoras hondureñas.
Las mujeres tienen un mayor nivel educativo, sin embargo esto no es garantía para un trabajo decente y digno. El 45.6% de las mujeres ocupadas cuenta con nivel primario, en el caso de los hombres el porcentaje es de 57%, ahora en el nivel secundario, las mujeres ocupadas son el 31.8% y en los hombres son el 22.8%, en educación superior las mujeres ocupadas representan el 12.4%, alrededor de 6 puntos porcentuales más que los hombres, cuyo porcentaje en la educación superior es de 6.6%. El avance de las mujeres en el ámbito educativo no se ve reflejado en el acceso a recursos económicos, ni en la participación política del país.
Situación laboral de los jóvenes hondureños
Los jóvenes en Honduras son las personas que se ubican entre los 12 y 30 años de edad. Al observar las condiciones laborales de esta población se encuentra que 1.422.797 participan en el mercado como trabajadores, de los cuales la mayoría, 821.093, están en el área rural y 601.704 en el área urbana. Por sexo los jóvenes son en un 70% hombres y el 30% restante mujeres.
Esta población se desempeña en un 55.1% como trabajador asalariado tanto del sector público y privado como trabajador doméstico, 19.8% como cuentapropista y un destacado 25.2% como trabajador no remunerado, es decir, un trabajador que no recibe ninguna retribución monetaria por la realización de su trabajo.
El nivel de educación brinda información sobre las competencias de los jóvenes trabajadores, se encuentra que el 51.8% de los jóvenes tiene la primaria como nivel máximo educativo, un 34.3% la secundaria y sólo un 8.5% el nivel superior.
Difícil situación para los niños y niñas: el Trabajo Infantil
La tasa de trabajo infantil en Honduras es bastante alta, ésta se ubica en 13.9% traduciéndose en 359.617 niños y niñas entre los 5-17 años trabajando. Es alarmante mirar las cifras y encontrar que el 66% de los niños y niñas trabajadoras solamente trabajan, lo que indica que no se están educando ni capacitando para mejorar sus condiciones de vida.
A parte de los niños que trabajan se debe tener en cuenta a los niños y niñas que ni estudian ni trabajan, que son el 12.6% del total nacional y vigilar y analizar las políticas por parte del Gobierno frente a esta población y a este tipo de problema.
En el tema de ingresos los niños y niñas reciben una remuneración precaria, ellos cuentan con un ingreso promedio de 1.681 lempiras (US 86), presentándose brechas entre niños y niñas, siendo el ingreso promedio de los primeros mayor, 1.725 lempiras (US 88) y 1.518 lempiras (US 78) para los segundos.
¿Libertades Sindicales?: El gran interrogante
Dinámica de la Negociación Colectiva
En el 2011 se firmaron 41 contratos colectivos y 2 pactos colectivos en el país, incrementándose en 19.4% con respecto a 2010, al pasar de 36 negociaciones colectivas a 43 casos. Una situación particular es la del Comercio, sector que agrupa a una gran cantidad de trabajadores y sólo cuenta con una negociación colectiva en el transcurso de los últimos 7 años.
Violaciones a los Derechos Sindicales
En el 2011 el nivel de sindicalización se mantuvo en un nivel bajo, en donde predominaron los sindicatos de empresa; el empleo temporal y la tercerización continuaron a niveles más graves. El gremio magisterial continúa su lucha por rescatar sus derechos adquiridos y su Instituto Nacional de Previsión del Magisterio (INPREMA). La misma existencia del sindicato correrá más peligro con la ley de educación que busca privatizar la educación y acabar con el Estatuto del Docente. Los conflictos en el Bajo Aguán con el sector campesino, la confrontación e intentos de mediatizar e incluso ilegalizar las organizaciones magisteriales, los asesinatos de sindicalistas, comunicadores y líderes sociales evidencian un país que aún no logra reponerse de la ruptura de su institucionalidad y en el que las instituciones públicas están aún lejos de consolidarse .
Derechos sindicales Vs Realidad del ejercicio sindical
A pesar de que los trabajadores y trabajadoras sindicalizadas cuentan con derechos sindicales reconocidos por la ley, han sido varios los acontecimientos en la práctica que evidencian una constante violación de éstos en el país, los más destacados en el informe de la CSI son:
La Ley de Trabajo temporal por horas: Esta ley decretada por el gobierno nacional desregula el mercado de trabajo y vuelve casi nulo el Código del Trabajo. Con ella se evidencia un fuerte control por parte del empresariado sobre el Estado, manteniendo un bajo nivel de la contratación colectiva y mostrando un número de sindicatos menor en la empresa privada que en el mismo sector público.
Despidos masivos y atentados contra sindicatos y dirigentes sindicales: Se presentaron un sinnúmero de casos de despidos de trabajadores y trabajadoras organizadas, entre estos se encuentra los despidos masivos de directivos del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (SITRAUNAH), del Sindicato de Trabajadores del Instituto Nacional Agrario (SITRAINA) y del Sindicato de Trabajadores del Patronato Nacional de la Infancia (SITRAPANI), todos protegidos por el fuero sindical. Además el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y Similares (STIBYS), también sufrió la persecución sistemática de sus directivos y afiliados en una escalada represiva que cobró una vida y dejó un saldo de varios heridos .
Violaciones del derecho de Huelga: Las violaciones a este derecho alcanzaron su máximo nivel con las y los docentes que llegó a la amenaza de disolver las organizaciones sindicales en el sector de la educación. Esta amenaza fue acompañada por el mandato dado a la policía de sostener una actuación violenta contra los huelguistas, quebrantando el derecho de manifestación, y poniendo en riesgo la integridad física de las y los docentes.
Consideraciones Finales
Algunas de las principales causas del enorme déficit de trabajo decente están relacionadas con la poca educación y formación profesional. Así mismo, la baja generación de puestos de trabajo, la falta de definición de una clara política laboral, el alto desempleo urbano y alto subempleo rural, la falta de conciencia sobre el tema de trabajo infantil, la débil legislación sobre seguridad social, los problemas en la legislación sobre la tenencia de la tierra, las deficientes y casi inexistentes negociaciones colectivas, entre otras.
Ante esta situación es urgente una política laboral con enfoque de trabajo decente que, en compañía de otras políticas en sectores claves vinculados al mercado laboral, pueda tener lineamientos claros que mantengan una estabilidad macroeconómica, un reducido déficit fiscal y una creciente innovación tecnológica e inversión pública, todo orientado a la disminución del desempleo y el subempleo y, por supuesto, a la mejora de la calidad de los empleos.
Fuente: Escuela Nacional Sindical ENS - Colombia