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UNI Américas se solidariza con los trabajadores turcos
El Comité Ejecutivo de UNI Américas expresa su profunda preocupación por el uso repetido de medidas brutales y excesivas como balas de goma, gases lacrimógenos y cañones de agua por las fuerzas de seguridad del Estado contra las personas que ejercen pacíficamente sus derechos.
El Comité Ejecutivo de UNI Américas considera que el derecho a la manifestación pacífica y a la libertad de reunión son elementos básicos de la democracia genuina. Sin embargo, en lugar de respetar ese derecho, el Gobierno Erdoðan utiliza la represión como una práctica regular. Por ejemplo, el recuerdo que permanece fresco en nuestras mentes es el de las celebraciones del 1 de Mayo de 2013, que se convirtió en un acto sangriento después de los ataques contra los manifestantes por parte de las fuerzas de seguridad.
Estamos doblemente preocupados porque desde las elecciones de 2011, los derechos sindicales fundamentales han sido negados tanto legal como ilegalmente, y se ha producido un notable aumento de este tipo de prácticas. Se han aprobado leyes que establecen más barreras al reconocimiento de los sindicatos y desalientan en lugar de fomentar el ejercicio de los derechos sindicales. Ha habido falta de acciones contra los empleadores que niegan los derechos fundamentales de los trabajadores, los abusos han persistido en el sistema judicial, las huelgas que cumplen los criterios para ser legales se han impedido, y se han llevado a cabo ataques violentos contra los sindicalistas. Estos hechos se suman a las restricciones que hay para la libertad de reunión y de expresión que constituyen graves ataques a los derechos humanos fundamentales y a la democracia. UNI Global Union se enfrenta a serios obstáculos para sindicalizar a los trabajadores y para el ejercicio de sus derechos de negociación colectiva en DHL e IKEA, entre otros.
Apoyamos incondicionalmente las acciones de solidaridad internacional que comienzan el 21-22 de junio y hacemos un llamado urgente al Gobierno de Turquía para tratar lo siguiente:
• Acabar con la violencia y la represión contra las protestas pacíficas y hacer frente a las demandas de los manifestantes;
• Asegurar que los responsables por los miles de heridos y las muertes de Mehmet Ayvalýtaþ, Abdullah Cömert, Ethem Sarýsülük y Mustafa Sarý sean condenados por sus actos incluyendo la destitución de cargos y enjuiciamiento ante la ley;
• Garantizar el derecho a la libertad de reunión en todas las áreas públicas, inclusive la plaza Taksim;
• Asegurar que los dirigentes sindicales y otros trabajadores que ejercen su derecho a la libertad de reunión no son despedidos;
• Dejar libre de inmediato a los ciudadanos que han participado en protestas pacíficas y retirar todos los cargos en su contra;
• Dejar libre de inmediato a los sindicalistas de KESK, a los periodistas detenidos y trabajadores de los medios de comunicación y a todos los demás injustamente detenidos por los actos legítimos de protesta y oposición;
• Eliminar todas las barreras jurídicas y prácticas contra el ejercicio de los derechos sindicales y el derecho a la huelga;
• Asegurar que los manifestantes heridos tengan acceso a una atención médica adecuada;
• Poner fin inmediato a todas las amenazas formuladas contra periodistas, artistas y trabajadores de los medios y de los ciudadanos que han ejercido legítimamente su derecho a protestar, y
• Poner fin a las prohibiciones y restricciones sobre el uso de los medios sociales.
Turquía y su pueblo merecen vivir mucho mejor. Se merecen la democracia y la protección de todos sus derechos humanos, incluidos los derechos sindicales. Es urgente que el gobierno turco se mueva en esa dirección en los próximos días y semanas que serán cruciales.