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A través del Ente Regulador de la Electricidad (ENRE), el gobierno decidió trabar la distribución de ganancias que iba a efectuar la empresa Edesur a sus accionistas.

La decisión de impedir el reparto de $ 65,5 millones de dividendos de la distribuidora eléctrica se encuadra en la misma línea que ha adoptado el Banco Central, que tiene demoradas las autorizaciones para que varias entidades bancarias puedan repartir sus ganancias.

A pesar de que la empresa manifiesta que está prestando el servicio público de distribución eléctrica en forma regular y continua, no compartiendo los motivos esgrimidos por el titular del ENRE, desde este último se sostuvo que la concreción de la medida no puede ser adoptada en forma unilateral y debe ser previa y específicamente valorada en le marco de las obligaciones concesionales.

De acuerdo a esto, el ENRE manifiesta que la distribución de dividendos resulta violatoria de la cláusula 7.4 de la renegociación vigente y pone en peligro la regular y continua prestación del servicio. La cláusula establece que el ENRE debe evaluar anualmente el cumplimiento general del plan de inversiones de la empresa, previo a cualquier disposición de fondos para distribuir dividendos.

Al margen de los argumentos esgrimidos por el ENRE, esta decisión gubernamental, estaría basada en las últimas acciones que adoptó la empresa. En principio, la distribuidora, ahora controlada por la italiana ENEL, no habría cumplido un acuerdo por el cual las empresas eléctricas no podrían distribuir ganancias hasta que no mejore la situación del sector eléctrico, y la otra estaría dada por la reciente reestructuración operativa de la empresa que implicó la suspensión de casi 240 trabajadores contratados.



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