Reminiscencia histórica reconociendo el papel fundamental de mujeres
El Movimiento Sindical, Indígena y Campesino Guatemalteco –MSICG- en esta ocasión no iniciará su pronunciamiento haciendo una reminiscencia histórica respecto al origen del día de la mujer, lo hace reconociendo el papel fundamental que las mujeres hemos desempeñado en cada una de las luchas que a lo largo de toda su historia la humanidad ha librado por alcanzar la justicia social y reiterar su firme convicción de que la misma, al igual que una verdadera democracia, no será posible hasta que el reconocimiento de esta importancia se materialice en la eliminación de los patrones que excluyen, discriminan, y vulneran el esencial derecho a la igualdad de millones de compañeras alrededor del mundo.
En Guatemala, se ha construido y se sigue construyendo una sociedad eminentemente excluyente; que nos excluye por ser pobres, que nos excluye por ser indígenas y que nos excluye por ser mujeres, exclusión que se recrudece cuando aparte de ser pobre, se es indígena y se es mujer, lo que da lugar a una triple exclusión que básicamente ilustra la problemática estructural de Guatemala y que resulta particularmente grave cuando más de la mitad de la población es pobre, es indígena y es mujer.
De allí que ninguna organización pueda sin mentirse a sí misma, pretender una lucha por la eliminación de la exclusión y todos sus efectos si dentro de esta no se contempla la incorporación, participación, ejercicio del poder e incidencia real de la mujer en todos sus niveles organizativos y la incorporación transversal de sus demandas. Para el MSICG esta tarea es imprescindible para solucionar la problemática estructural del país y por ello ratificamos la importancia de la Autorreforma Sindical y la Plataforma Laboral para las Américas –PLA- como instrumentos de transformación y de lucha en este camino.
Año con año y sobre todo el 8 de marzo, nosotras denunciamos violencia, discriminación, exclusión, desigualdad, imposición de trabajo forzoso, condiciones de trabajo sumamente precario y todo tipo de vejámenes contra las mujeres y, es sumamente grave que, lejos de ver avances, veamos notables retrocesos.
Cada año, el Gobierno se esmera en mostrar supuestos avances, como por ejemplo la Ley contra el femicidio y otras formas de violencia contra la mujer, impulsada por nosotras las mujeres, no obstante en la práctica, la impunidad y corrupción del sistema de justicia ha provocado que dicha ley sea letra muerta, como la mayoría de leyes que reconocen derechos a las mujeres.
En tanto el discurso oficial se esfuerza por mostrar una Guatemala imaginaria y muy útil para instrumentalizar la cooperación para sus fines, los hechos demuestran la falta de voluntad política del Organismo Ejecutivo para resolver los casos de femicidio y otras formas de violencia contra las mujer los cuales se han agravado en los últimos años, a la fecha un 98% de estos casos permanecen en total impunidad y el presupuesto de las instituciones encargadas del diseño e implementación dirigidas a las mujeres ha sido debilitado, dentro de ellos el presupuesto de la SEPREM.
Desde el Congreso de la República se está implementando toda una estrategia impulsada por sectores empresariales con aval del Organismo Ejecutivo para eliminar las conquistas laborales alcanzadas por luchas de las mujeres prueba de ello es que se continua promoviendo la ratificación del Convenio 175 de la OIT sobre el trabajo a tiempo parcial aún y cuando la propia OIT y una consultoría del PNUD realizada a finales del año 2009 han demostrado que dicha ratificación sólo precarizará aún más las condiciones de trabajo en el país especialmente para las mujeres; se están promoviendo varias reformas al Código de trabajo que pretenden eliminar varias conquistas sociales de las trabajadoras de casa particular, de la maquila y de los sectores de la exportación dentro de ellas el derecho a un salario digno, a la estabilidad laboral, el derecho a vacaciones, aguinaldo, indemnización por despido injustificado.
Sobre las trabajadoras de casa particular es preciso afirmar que dichas compañeras son forzadas a trabajar como mínimo 14 horas diarias de lunes a sábado y 6 horas obligatorias los días domingos y días festivos por disposición de la ley y por la buena voluntad política de los diputados del Congreso de la República y de la Corte de Constitucionalidad.
Tenemos un Ministerio de trabajo y previsión social que en coordinación con los empleadores obstruye toda investigación sobre nuestras denuncias relacionadas con la exigencia de pruebas de embarazo y VIH como requisito para acceder al empleo, que consiente las graves violaciones a los derechos de las trabajadoras de los sectores exportadores dentro de ellos el derecho a gozar de guarderías en los centros de trabajo, el derecho al IGSS y que además cuando nos atrevemos a presentarnos a denunciar estas violaciones nos detiene ilegalmente, nos intimida, nos discrimina y denigra.
Para el MSICG, este 8 de marzo plantea retos que deben ser asumidos tanto por las mujeres como por los hombres, retos sociales que deben incluso plantearse como metas dentro de nuestras propias organizaciones, en donde el concepto de solidaridad no sea menguado para encubrir conductas misóginas, en donde la toma de medidas afirmativas para asegurar la participación, incidencia, toma de decisiones e incorporación de las demandas de las mujeres trasciendan del discurso y se acompañen de la generación de condiciones para que esto suceda; en donde se entienda que los cambios estructurales que este país requiere no pueden realizarse sin unidad, sin lucha y, sobre todo, sin la convicción plena del papel fundamental de la mujer en cada una de estas tareas.
El MSICG hace un llamado a todas las compañeras a organizarse y defender dentro de sus organizaciones, ante el gobierno y ante sus empleadores, ese derecho fundamental a la igualdad y la no discriminación y hace un llamado a todos los compañeros a la solidaridad y apoyo a nuestras compañeras en esta lucha de todas y todos; al mismo tiempo, invita a todas las organizaciones a adoptar los ejes rectores de la Autorreforma sindical y a sumarse al impulso de la Plataforma Laboral para las Américas –PLA- para avanzar en nuestra lucha hacia la justicia social, la democracia plena, el trabajo decente y la vida digna para mujeres y hombres por igual.
Guatemala, 8 de marzo de 2010.
Coordinadora de la Mujer
Consejo político
Movimiento Sindical, indígena y campesino guatemalteco
-MSICG-