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Cada 8 de marzo, cada 25 de noviembre, en cada alerta feminista y en cada feminicidio, las mujeres salimos a las calles a manifestarnos en defensa de nuestros derechos. Este fin de semana la cita más grande se dio en Washington DC, un día después de la investidura de Donald Trump.
La denominada “Marcha de las mujeres -en Washington-” (Women’s march -in Washington-) trascendió la capital de Estados Unidos y se convirtió en una marcha nacional e internacional de empoderamiento de todas las mujeres sin importar credo, religión, clase social ni nacionalidad; una marcha para no dar un paso atrás respecto a los derechos conquistados.
La marcha fue una declaración en el primer día de mandato de un presidente que, incluso antes de su campaña, ha dejado bien claro su postura machista mediante agresiones contra las mujeres, comentarios misóginos y racistas en reiteradas oportunidades. Más de dos millones de personas marcharon, además de las afiliadas a UNI Américas en el país, por libertad, igualdad y resistencia.
El mundo está expectante. Estamos atravesando una etapa de incertidumbre en donde más que nunca necesitamos unidad de acción. Como mencionó Angela Davis, activista política afroamericana, durante el acto:
“En un momento difícil de nuestra historia, recordemos que los cientos de miles, las millones de mujeres, las personas trans, los hombres y los jóvenes que estamos aquí en la Marcha de Mujeres, representamos a las poderosas fuerzas de cambio necesarias para evitar que las culturas moribundas del racismo, el hetero-patriarcado se levante de nuevo”, manifestó.