Ahora en Brasil: Autoridades piden una multa de U$S 5 millones contra Prosegur
Fiscal en Brasil: "Las empresas públicas contratantes también son víctimas de Prosegur"
El Ministerio Público de Brasil pide una multa de U$S 5 millones contra Prosegur por 1.768 infracciones laborales en el Estado de Rio Grande del Norte. Las irregularidades se centran en jornadas de trabajo en el Estado, que no conforman con las normas brasileñas. Las autoridades ordenaron a Prosegur adecuar sus jornadas de trabajo con las normas laborales, sobre pena de una multa diaria de U$S 6.600 en caso de incumplimiento.
Las autoridades brasileñas encontraron empleados de Prosegur trabajando jornadas excesivas. De acuerdo con el Ministerio Público, un trabajador llegó a laborar 18 días consecutivos incluyendo una jornada de 18 horas. Hubo una cantidad excesiva de horas extras exigidas, supresión de intervalos entre jornadas de trabajo, falta de franco semanal renumerado después del sexto día laboral consecutivo, y pausas para alimentación y descanso inferiores a una hora.
La Fiscal de Trabajo que promovió la acción contra Prosegur, Ileana Neiva, dijo, “el alarmante número de ocurrencias revela el irrespeto a la legislación laboral, la salud, la seguridad y a la vida de los trabajadores, sobre todo cuando se trata de la actividad de un vigilante, ya naturalmente peligrosa”.
Prosegur también fue condenada por no tener una Comisión Interna por la Prevención de Accidentes de acuerdo con las normas brasileñas, y la no realización de exámenes médicos a sus trabajadores, a pesar de que algunos de ellos tuvieron que tomar licencia médica por trastornos mentales causados por el stress de su función.
La Convención Colectiva de Trabajo que regula las jornadas en el Estado de Rio Grande del Norte define que el trabajador debe laborar 12 horas y después recibir un descanso de 36 horas, lo que no estaba ocurriendo.
La Fiscal del Ministerio Público piensa que los clientes también son “victimas” de Prosegur. “En lugar de descanso, el empleado trabajó más, sin ningún control de los órganos y las empresas públicas contratantes, que también son víctimas, ya que reciben un vigilante cansado, incapaz de proteger su capital”.