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Hoy es un día triste para el movimiento sindical y para todos los que conocieron a Ernesto “Pepe” Arrouge, quien luchó toda su vida y se fue luchando.

Pepe fue uno de los presos más jóvenes del Plan Conintes, aplicado en los 60 por el presidente Frondizi para reprimir la protesta sindical. En su Lanús natal, una ciudad industrial ubicada a unos diez kilómetros de la Capital Federal, fue protagonista de todas las luchas del distrito, desde las sindicales a las políticas. Era telefónico de cuerpo y alma: en esa condición peleó contra las privatizaciones de los 90 y para recuperar al gremio, más tarde.

Desde su cargo en FATEL impulsó con energía la afiliación a UNI, porque creía férreamente en la Patria Grande Latinoamericana y en la solidaridad internacional. Estuvo peleando contra una mala salud durante muchos años, pero eso jamás le impidió seguir con su actividad sindical. Vivió peleando y se fue peleando. Para sus compañeros de la política y del movimiento sindical se fue un gran compañero, un imprescindible.

Vayan nuestras condolencias a todos sus familiares y amigos.

Que descanses, Pepe.