Chile - Operadores de casinos municipales piden garantías
Dentro del portafolio de Enjoy están Coquimbo, Pucón y Viña del Mar, que justamente se encuentran fuera de la fiscalización de la Superintendencia de Casinos de Juegos (SCJ).
Las licencias municipales de casinos de juego llegarán a su fin el 31 de diciembre de 2015. Si bien, la autoridad ha dado señales de que ese período podría extenderse, aún no hay claridad al respecto. El tema no solo es relevante para los municipios, sino también para los operadores que las administran, ya que su injerencia en el total de sus ingresos no es menor.
De las siete licencias municipales, Enjoy es la empresa que opera la mayor cantidad. Dentro de su portafolio están Coquimbo, Pucón y Viña del Mar, que justamente se encuentran fuera de la fiscalización de la Superintendencia de Casinos de Juegos (SCJ). Según su última presentación a inversionistas, las operaciones antes mencionadas aportan un 30% de sus ingresos totales. Además, representan un 26% de los retornos provenientes solo de su negocio de juegos; un 44% de los ingresos del rubro de Alimentos y Bebidas y un 40% de aquellos derivados del área hotelera.
En Dreams se replica un panorama similar. De los seis casinos que opera en Chile, dos son municipales: Iquique y Puerto Varas. Según la compañía, estos últimos representan un 36% de sus ingresos totales -incluyendo su negocio en Perú- evidenciados el primer semestre. El casino municipal de Arica, a su vez, le aporta un quinto a la operación de Latin Gaming en Chile, que suma, además, las licencias de Calama, San Antonio, Los Ángeles y Osorno. El séptimo casino municipal es el de Puerto Natales.
Dada la fuerte importancia que tienen estas licencias en las empresas, es que estas ya están definiendo cómo enfrentarán este proceso. En Enjoy son claros: el grupo -controlado por la familia Martínez- dará la pelea. “Por supuesto que vamos a participar, es nuestro compromiso con cada comunidad y vamos a trabajar para mantener cada una de las licencias que hoy operamos”, aseguran. Y agregan: “Para nosotros, todas nuestras operaciones son importantes, tanto las que están en Chile como en Argentina o Uruguay”. De hecho, precisan no tener ningún plan B si es que pierden los casinos municipales. “Actualmente no, por ahora solo participar en las licitaciones correspondientes y de la manera que lo estipule la ley”, aseguran.
Más certezas
El resto de las compañías involucradas no tiene tan definido los pasos a seguir. Aseguran requerir ciertas garantías para ver si avanzan en sus intenciones de mantener las actuales licencias. “Nos interesa mantenernos en todas las regiones en las que estamos, pero siempre que se entreguen las garantías necesarias para que los procesos sean desarrollados de manera transparente y apegándose a la normativa vigente”, aseguran en Dreams, compañía que ya renunció a un proceso de licitación (Chillán) por considerarlo irregular.
Asimismo, subrayan estar explorando nuevos proyectos. “Dreams ha trabajado en un plan de inversión que considera distintos escenarios, entre esos, la expiración de las licencias de casinos municipales. Por ello, la compañía sigue explorando nuevas oportunidades, tanto dentro como fuera de Chile, como lo demuestran las inversiones en Perú y nuestra participación en las licitaciones que se han ido presentando en nuestro país”, destacan.
Visión similar plantean en el Casino de Arica. “Hasta el momento, según la ley, estamos considerando la operación hasta diciembre de 2015”, señala el gerente general, Hugo Manterola. Precisa que si bien Arica es una plaza atractiva, donde llevan 14 años, exigen garantías que dicen relación con terminar con el desarrollo de las máquinas ilegales. “El problema que están generando las máquinas ilegales no nos permite cumplir con lo proyectado. Eso podría hacer que reevaluemos postular”, destaca el ejecutivo. Agrega que a raíz de los tragamonedas de calle, tienen una baja cercana al 25% en los ingresos estimados.
Además de lo anterior, los operadores que llegasen a perder las licencias podrán administrar, arrendar o vender los inmuebles aparejados a ellos, como los hoteles, por ser dueños de esas instalaciones.