Colombia: el papel de los empleadores en la promoción de las relaciones laborales
Con las amenazas y los asesinatos de sindicalistas en Colombia otra vez en aumento, UNI Sindicato Global insta al gigante bancario estadounidense Citibank a que adhiera a un proyecto de promoción de los derechos laborales en este país. El líder sindical bancario Leonidas Gómez, asesinado en marzo pasado, trabajaba para Citibank en Bogotá y llevó las negociaciones de convenios colectivos para su sindicato, UNEB, con el banco durante ocho años. En un país en el que en lo que lleva de año han sido asesinados 41 sindicalistas, en el que se demoniza regularmente a los sindicatos y se socavan sistemáticamente los derechos sindicales, la historia de las relaciones laborales en Citibank es una historia positiva. “Queremos demostrar que hay otras maneras de actuar”, dijo Philip Jennings, Secretario General de UNI. “Queremos que algo bueno salga de la triste pérdida de Leonidas.”
El proyecto involucraría a UNI y a UNEB, así como a Citibank, y se inspiraría de la labor del Pacto Global de las Naciones Unidas y del trabajo tripartito de la Organización Internacional del Trabajo en Colombia.
“Sentimos profundamente la muerte de Leonidas, fue un atrocidad”, dijo Miguel Suárez, Vicepresidente de Recursos Humanos de Citibank a la misión de UNI. “Es algo que Citibank condena, es una pérdida”. Rindió tributo a la contribución positiva de Leonidas a las negociaciones entre UNEB y Citibank. “Creemos que los sindicatos juegan un importante papel ayudándonos a ver cosas importantes para los trabajadores.” Prometió transmitir la sugerencia de proyecto común a la jerarquía de Citibank.
UNI mission leaving Citibank in Bogota
El segundo día de la misión de UNI en Colombia había comenzado con una reunión durante el desayudo con los padres y la hermana de Leonidas Gómez.
“No tenemos información de lo que le sucedió – simplemente nos dijeron que había sido eliminado. Mi alma esta llena de dolor, pero sigo abrigando la esperanza de que las cosas no queden como están ahora”, dijo la madre de Leonidas, señora digna de 77 años de edad que habló de su hijo entre lágrimas – y sonrisas de recuerdo – y expresó su gratitud por la solidaridad recibida desde el asesinato de su hijo en marzo. “El dolor es indescriptible.” “No pararemos hasta que se encuentre a los culpables – el Estado tiene el deber de darle una respuesta”, le dijo Philip Jennings. “Leonidas era muy querido y sumamente respetado, era parte del futuro de este país. Ha sido un acto de terror incalificable.”
UNI's Philip Jennings with the family of Leonidas Gomez
En la oficina del fiscal no había indicios de progreso en la investigación de seis meses y medio del asesinato de Leonidas. De los 1.255 casos identificados como habiendo involucrado el asesinato de sindicalistas sólo 106 han sido abordados hasta la fecha y sigue habiendo un alto nivel de impunidad para los que asesinan a sindicalistas (y para los que están detrás de los asesinos). “No tengo muy buena impresión – la familia de Leonidas se merece mucho más que eso”, dijo Philip Jennings a los fiscales. “La familia, los amigos y los compañeros sindicales no confían en que este caso se esté llevando adelante como es debido.” Los fiscales dijeron a la misión de UNI que se había registrado un aumento del número de sindicalistas asesinados, junto con un aumento general de todos los homicidios. También confirmaron que algunos de los procesos habían sido impulsados por las confesiones de paramilitares, que se habían rendido bajo el programa de desmovilización.
Confirmaron el derecho de la familia de Leonidas de examinar el expediente del fiscal.
Se había puesto a Leonidas en una lista de la muerte y en el momento en que fue asesinado otro líder de UNEB, Rafael Boada tuvo la suerte de escapar de ser herido, o peor, cuando dos hombres en una motocicleta dispararon dos veces contra su carro. Rafael también había recibido amenazas de muerte. Otra empleada de Citibank también fue amenazada y fue trasladada a otro país donde permanece en baja retribuida.
Se piensa que los paramilitares y bandas criminales son los agentes de muchos de los asesinatos, aunque se teme que la designación de algunas víctimas potenciales bien podría proceder de los servicios secretos, que también tienen un ejército oculto de informadores para espiar a la gente. “Incluso hay que permanecer silencioso cuando se va en taxi al centro”, dijo un activista sindical a la misión UNI en Bogotá. También ha habido vínculos pasados probados entre algunas multinacionales y los paramilitares.
Philip Jennings dio las gracias a la unidad fiscal, creada especialmente para investigar los asesinados de sindicalistas, y reconoció la dificultad de su trabajo. Les instó a mostrar valor y determinación para suprimir lo que tachó de “este cáncer del terror” de Colombia. También ofreció la participación de UNI en Colombia en los esfuerzos para eliminar la intolerancia con respecto a los sindicatos y sus miembros.